jueves, 30 de junio de 2011

Revelado a los sencillos

La fuente de la plenitud es simple y nosotros le buscamos sus complicaciones. Creemos que debe ser complicado y sofisticado para ser bueno. Se nos olvida que el Maestro dijo «Te alabo, Padre (..) por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños...» cfr. Lc 10,21http://www.vatican.va/archive/ESL0506/__PVS.HTM

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